Caso Holanda
La legalización de la mariguana en Holanda se ha utilizado como argumento en muchos debates acerca de la legalización de las drogas.
La legalización se dio en los años 70`s para uno exclusivo de Coffe Shops por hasta 5 gramos por persona y solo para mayores de edad, sin embargo, dicha despenalización no redujo el consumo si resolvió problemas de seguridad, de 1984 a 1996 el consumo se triplicó del 15% al 40% entre personas de 18 a 20 años y para 1997 había en Holanda una cafetería que vendía drogas por cada 10 mil habitantes.
Incluso la Ley de Salud Pública de Holanda, creada en 2008, trata como enfermo al adicto a las drogas, y debe tratarlo como problema de salud mental; según el Trimbos Institut, en 2012 en casi una cuarta parte de los ingresos hospitalarios por problemas con el uso de la marihuana se diagnosticó psicosis a la persona.
La mayoría de los consumidores son jóvenes holandeses o extranjeros a pesar de que en septiembre de 2013, el embajador de los Países Bajos en México, Dolf Hogewoning aseguró que para acudir a las cafeterías, era necesario que el consumidor demostrara su residencia en la región, sin embargo la medida no funcionó y solamente sirvió para fomentar el turismo consumidor de marihuana.
En América Latina
En Uruguay, la Cámara de Diputados aprobó en agosto del 2013, el proyecto de ley que permitiría el cultivo, la distribución y el comercio de marihuana bajo una regulación estatal, con la intención de tratar de combatir el narcotráfico, sin embargo encuestas realizadas entre la población arrojaron que más de la mitad de los ciudadanos uruguayos está en contra de la aprobación de la ley.
Detractores de este propuesta sostienen que actualmente el 98% de los que hoy se están destruyendo a sí mismos con cocaína empezaron consumiendo marihuana, la transición del uso de la hierba a otra droga considerada “dura” está asociado al aumento de la delincuencia en este país, por lo que existen serias dudas de que una medida de este tipo combata el consumo, tráfico o la delincuencia.
"No vamos a terminar con el mercado negro porque va a seguir existiendo y además vamos a experimentar un aumento en el consumo", se tiene la sensación de que se está arriesgando demasiado y "jugando con fuego", ya que se pone en peligro a toda una generación (Gerardo Amarilla, diputado del Partido Nacional).
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